de Doyle, Liliana S.
Abrió la puerta, sabiendo que el peor horror estaba del otro lado.
Del otro lado del espejo, la acosaban fantasmas y monstruos atemorizantes.
En una agonía de terror, se atrevió a hacer trizas la fría superficie azul.
Uno de sus fragmentos se clavó en su garganta.
Murió en medio de un charco de su propia sangre.