Una fiesta

de Catalano, Ángel B.

Dios nos está contemplando
Se divierte con nosotros,
Es una fiesta la tierra
Para sus hermosos ojos.

Niños que van a la escuela
Son “juguetes” caprichosos,
Los mares y las praderas
Paisajes maravillosos.

Las palomas, los gorriones,
Los vencejos, las abejas,
Regocijo para el aire,
Para todos, una fiesta.

El agua por la montaña
Va cayendo y forma un río,
Una fiesta para el alma
Un poema con destino.

El amor gran sentimiento.
La esperanza, un sortilegio.
Es una fiesta la vida
Y vivirla, un privilegio.

Viajar por mi interior

de Catalano, Ángel B.

¿Por qué? ¿Adonde? ¿Cuándo?
Cuestionario natural, nos preguntamos,
Si de un viaje se trata
¿A dónde vamos?

Cataratas, las montañas, los glaciares,
El mar, los bosques, mil lugares,
Pero ¿Porqué dejar el sitio en el que estamos?
¿Qué fuerza nos impulsa, qué buscamos?

Las respuestas van surgiendo estimuladas,
Por el ímpetu interior, nuestros deseos,
Pero ninguna satisface aquel pedido,
Tal vez es un vulgar requerimiento.

Descansar, visitar otros paisajes,
Distenderse, acrecentar nuestra cultura,
Recuperar las energías ya gastadas,
O quizá, de todo aquello la mixtura.

Se me ocurre, sin dejar nada de lado,
Viajar por mi interior, sencillamente,
¡Cuántos refugios, cuántos sitios olvidados!
Que han de vivir dentro de mí y para siempre.

 

Ven conmigo

de Catalano, Ángel B.

Ven conmigo necesito que comprendas,
Lo que siente quien encuentra una verdad,
Caminando por la senda polvorienta,
Meditando como duele no llegar.

Lo telúrico quemándome las venas
Como roja llamarada de un volcán,
Me estremece y me despierta del letargo,
Cual si fuera un habitante secular.

Ven conmigo, Ven conmigo,
Que la magia de la vida es nada más
Que ser bueno y creer en el eterno,
Patrimonio del continuo trabajar,
Es feliz aquel que sabe que sus manos
Son capaces de crear y modelar.

Ven conmigo mira la naturaleza,
La armonía es su triunfo singular,
Cada piedra, cada flor, una belleza,
Por sencilla maravilla magistral.

Contemplemos las estrellas, mira al cielo,
Cada una es la réplica del sol,
Y en la música estupenda de los astros
Hallaremos la suprema vibración.

 

Soñando

de Catalano, Ángel B.

Le miró las manos ¿En cuales pensaba?
Y se fue en el tiempo, pensando, soñaba.
Caminando un día, la vio que pasaba,
Grácil su figura, la mujer ansiada.

La siguió en silencio, comparó su altura,
Intuyó su cuerpo, su fina cintura.
No quiso alcanzarla, continuó el ensueño,
Con sólo apreciarla se sintió su dueño.

Su pollera amplia, su cabello rubio,
Su andar pausado, él vivía otro mundo.
Le miró las manos, blancas, con estilo,
Surgieron palabras y un mismo camino.”

Hoy, despierto en casa, la besó muy calmo,
Ya no eran los mismos, pero sí, sus manos…

Mensaje a Polonia

Era el año 1981 cuando yo visité Varsovia, en Polonia, acompañando a mi marido a un Congreso de la Unión Internacional de Arquitectos. Los alumnos ganadores de un concurso de arquitectura organizaron, a su vez, un certamen para los asistentes al Congreso y sus acompañantes, con el tema: «Impresiones sobre el Congreso y sobre Polonia «.

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